El interés superior del menor debe estar siempre por encima de la igualdad entre progenitores.

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lunes, 5 de noviembre de 2012

La Asociación Americana de Psiquiatría desestima la inclusión del falso SAP en el DSM5 (catálogo actualizado de trastornos mentales)‏

By DAVID CRARY Associated Press

NEW YORK (AP) - Rebuffing an intensive lobbying campaign, a task force of the American Psychiatric Association has decided not to list the disputed concept of parental alienation in the updated edition of its catalog of mental disorders.
The term conveys how a child's relationship with one estranged parent can be poisoned by the other parent, and there's broad agreement that it sometimes occurs in the context of divorces and child-custody disputes.
However, an acrimonious debate has raged for years over whether the phenomenon should be formally classified as a mental health disorder by the psychiatric association as it updates its Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders for the first time since 1994.
The new manual, known as DSM-5, won't be completed until next year, but the decision against classifying parental alienation as a disorder or syndrome has been made.
"The bottom line _ it is not a disorder within one individual," said Dr. Darrel Regier, vice chair of the task force drafting the manual. "It's a relationship problem _ parent-child or parent-parent. Relationship problems per se are not mental disorders."
Regier and his APA colleagues have come under intense pressure from individuals and groups who believe parental alienation is a serious mental condition that should be formally recognized in the DSM-5. They say this step would lead to fairer outcomes in family courts and enable more children of divorce to get treatment so they could reconcile with an estranged parent.
Among those on the other side of the debate, which has flared since the 1980s, are feminists and advocates for battered women who consider "parental alienation syndrome" to be an unproven and potentially dangerous concept useful to men trying to deflect attention from their abusive behavior.
Some critics of the concept say it's being promoted by psychologists, consultants and others who could profit if parental alienation had a more formal status in family court disputes.
"At its worst, it lines the pockets of both attorneys and expert witnesses by increasing the number of billable hours in a given case," wrote Dr. Timothy Houchin, a University of Kentucky psychiatrist, and three colleagues in an article earlier this year in the Journal of the American Academy of Psychiatry and the Law.
"It creates an entire new level of debate, in which only qualified experts can engage, adding to the already murky waters of divorce testimony," they wrote, arguing that courts could deal with parent/child estrangement without labeling the child as mentally ill.
Advocates of the concept of parental alienation had been braced for a decision by the APA not to classify it as a syndrome or disorder, but held out hope that it would be specifically cited in an appendix as an example of a parent-child relational problem.
Regier, in an e-mail Friday, said this is "very unlikely," even though the final draft of the DSM-5 remains incomplete.
Dr. William Bernet, a professor emeritus of psychiatry at the Vanderbilt University School of Medicine, is editor of a 2010 book making the case that parental alienation should be recognized in the DSM-5. He contends that about 200,000 children in the U.S. are affected by the condition.
Bernet's proposal to the DSM-5 task force defines parental alienation disorder as "a mental condition in which a child, usually one whose parents are engaged in a high conflict divorce, allies himself or herself strongly with one parent, and rejects a relationship with the other parent, without legitimate justification."
In a telephone interview, Bernet contended that the task force had made up its mind based on factors beyond the scientific evidence.
"I think they're being motivated not by the science, but being driven by friendships, by political forces," he said.
Parental alienation surfaced on the pop-culture scene several years ago as a consequence of the bitter divorce and child custody battle involving actors Alec Baldwin and Kim Basinger. Baldwin was assailed by some feminist groups for citing parental alienation syndrome as a source of his estrangement from his daughter.
"The truth is that parental alienation really is a dangerous and cleverly marketed legal strategy that has caused much harm to victims of abuse," said the National Organization for Women amid the controversy.
Bernet, in his proposal to the DSM-5 task force, said he agreed that "in some instances the concept of parental alienation has been misused by abusive parents to hide their behavior."
"However, we strongly disagree with throwing out the baby with the bathwater," he wrote, arguing that such abuse would be curtailed if diagnostic criteria for parental alienation were established.

Síndic critica que el Consell financie un congreso sobre custodia compartida‏

Valencia, 3 nov (EFE).- El Síndic de Greuges, José Cholbi, ha instado al Gobierno valenciano a no volver a financiar en el futuro eventos como el cuarto congreso internacional del Síndrome de Alienación Parental y Custodia Compartida celebrado en Valencia el pasado marzo, ya que este síndrome carece de validez científica y vulnera derechos fundamentales.
 
En una recomendación, Cholbi atiende la queja de una particular en relación a la organización de este simposio en Valencia, donde expertos iban a debatir sobre los supuestos daños del síndrome de alienación parental, que sin tener validez científica como herramienta de diagnóstico puede atentar contra la igualdad.
Según el Síndic, la financiación por parte de Gobernación no parece acertada porque "a pesar de su difusión y popularidad, ha sido cuestionado como concepto válido".
En este sentido, no solo ha sido rechazado "continuamente" a ser admitido por los grandes sistemas de clasificación de desórdenes médicos y psicológicos aceptados por la comunidad científica y los organismos internacionales, sino también por instituciones relevantes, ha explicado.
 
Entre ellas se encuentra la Asociación Española de Neuropsiquiatría, que sostiene que "el sesgo de género en las descripciones del SAP es innegable", ya que lleva a que las protestas del niño y la madre de abuso o maltrato sean desoídas.
 
Cholbi recuerda que los tribunales han incidido en la relación entre el SAP y la custodia compartida, que según algunas resoluciones judiciales tienen causas y consecuencias "íntimamente unidas tanto en lo económico como en lo personal, en las crisis de pareja y contribuyen a la feminización de la pobreza".
El Síndic considera que este "pretendido síndrome" afecta al derecho a la igualdad entre hombres y mujeres, y recuerda que la Administración está "obligada a detectar las reacciones que surgen en determinados grupos contrarios a la igualdad real".
 
En su opinión, el SAP es "un instrumento al servicio de la estigmatización de las mujeres" y tiene una "íntima relación" con la custodia compartida, que en los casos en que resulta impuesta supone "un verdadero obstáculo para que la igualdad sea real y efectiva y proteger a los menores".
Así, el Síndic ha llamado a "la necesaria actuación de los poderes públicos para estrechar la brecha cada vez mayor gracias al discurso no igualitario, sino igualitarista, que se está instalando".
 
Por ello, insta a Gobernación a que, en el futuro, evite financiar y respaldar eventos que puedan afectar a derechos fundamentales, y promueva por contra aquellos que "se dirijan a protegerlos".
 
La autora de la queja denunciaba, con anterioridad a la celebración del congreso, que la Conselleria de Gobernación fuera a colaborar en la financiación de un evento cuya finalidad era la de difundir una herramienta que "permite culpar a las mujeres de los miedos y angustias razonables de los niños hacia su padre violento".
Por ello, solicitaba que se adoptaran acciones que impidieran la aplicación del SAP en ámbitos judiciales y sociales, al considerar que atenta contra los principios democráticos y hace apología sexista y violenta contra las mujeres y los menores.

jueves, 11 de octubre de 2012

¿ QUÉ ESTÁ PASANDO EN LOS GABINETES PSICOSOCIALES ? Asociación Custodia en Positivo‏

Últimamente nos hemos entretenido leyendo diversas guías para la correcta elaboración de pruebas e informes psicosociales, redactadas por colegios de psicólogos en colaboración con distintas comunidades autónomas.
  
Es curioso que en todas ellas hacen recomendaciones básicas como las siguientes, entre otras, encaminadas a determinar la modalidad de guarda y custodia más adecuada:
 
  •  Estudio detallado del entorno familiar, tanto paterno como materno, que rodean al menor.
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  • Observación del entorno físico en que se va a desenvolver el menor.
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  • Estudio en profundidad de la dinámica familiar anterior al divorcio, separación o modificación de medidas, prestando especial atención al rol representado por cada progenitor.
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  • Estudio en profundidad del perfil psicológico de cada progenitor con el fin de detectar posibles trastornos o desviaciones.
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  • Asimismo y dado que, como bien sabemos, se trataría de divorcios contenciosos, se recomienda estudiar el grado de conflictividad preexistente entre las partes dada la inviabilidad de la custodia compartida en la práctica en casos de conflicto grave.
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Ahora vamos a describir la realidad de lo que está aconteciendo en los gabinetes psicosociales de los juzgados, cada vez con más frecuencia.

* Con suerte realizarán algún test. Normalmente el CUIDA: test fácilmente manipulable, insuficiente y que no es capaz de detectar un sinfín de trastornos psicológicos de relevancia y que sólo sirve para "cubrir el expediente". Su utilidad a estos efectos es prácticamente nula y los parámetros que mide claramente insuficientes. Aunque últimamente ya nos hemos encontrado casos en que no se ha realizado ningún test para estudiar el perfil psicológico de los progenitores, adecuado o no.
  
* Con suerte la entrevista será imparcial y se dedicará a la misma el tiempo necesario. Aunque últimamente no suele cumplirse ni la primera premisa ni la segunda.  El tipo de entrevista más generalizado actualmente es el siguiente: antes de indagar en las circunstancias del caso, se parte de la premisa (acertada o no) de que la custodia compartida es la situación óptima para el menor, para a continuación, en lugar de tratar de profundizar en la dinámica familiar preexistente, presionar a la madre para que acepte dicha premisa, sin dejarle exponer sus argumentos y reflejando en el informe connotaciones negativas acerca de la madre ante la menor señal de disconformidad.
  
* ¡Con suerte habrá presente un psicólogo! Aunque últimamente ya nos han llegado casos en que ni siquiera había un psicólogo presente, dejando la prueba en manos de un trabajador social. Con todo el respeto por la labor de los trabajadores sociales, no cuentan con los conocimientos suficientes para llevar a cabo la prueba por sí mismos sin el apoyo de un profesional de la psicología  y preferentemente especializado en psicología infantil.

Ahora pasemos a releer de nuevo las recomendaciones anteriormente señaladas y elaboradas por los propios profesionales de la psicología. Y no podemos por menos de preguntarnos por qué, cada vez con más frecuencia, están dejando de respetarse todas y cada una de ellas.

Ante esta situación tan grave, ¿qué se puede hacer?
 
Nos han advertido que aunque se hayan vulnerado de forma escandalosa los derechos del menor en la prueba psicosocial y se haya pisoteado su futuro bienestar, no va a servir absolutamente de nada presentar una queja ante el colegio de psicólogos. La comisión correspondiente va a desestimar automáticamente todas y cada una de las quejas presentadas por las madres de los menores perjudicados, sean cuales sean sus pruebas o argumentos. Y como ejemplos concretos podemos referirnos a los colegios de psicólogos de Madrid o Comunidad Valenciana.

También nos hemos planteado la posibilidad de reunirnos con los colegios profesionales para indagar sobre qué es lo que está sucediendo y, personas pertenecientes a los propios colegios y que aún tienen un mínimo de respeto por el bienestar del menor, nos han advertido de que el nivel de podredumbre es tal que sería una pérdida de tiempo. Literalmente nos han  dicho: "no esperéis sacar nada de esas reuniones porque negarán hasta la máxima evidencia".
  
Y lo que es más grave: la formación que se está impartiendo a los profesionales que en el futuro llevarán a cabo estas pruebas, tiene una parte importante de su contenido basada íntegramente en la filosofía del "síndrome de alineación parental", en virtud del cuál se fomenta la idea preconcebida de que todas las madres son "alienadoras, obstaculizadoras, manipuladoras, etc etc" y por tanto una influencia negativa para los menores de la que deben ser apartados.

Nos preguntamos: ¿cómo después de recibir semejante formación, van a acometer las pruebas con la debida imparcialidad y profesionalidad?
 
Los gabinetes están siendo invadidos progresivamente por "pseudoprofesionales" formados desde la ideología patriarcal del falso síndrome de alineación parental, herramienta básica de maltratadores y pederastas para arrebatar la custodia a las madres.

Nos hemos encontrado con miembros de gabinetes psicosociales que trataban de hacer su trabajo de forma objetiva y profesional y que han sido relevados del cargo para ser sustituidos por personal de este nuevo "corte ideológico".
  
Aquellos profesionales de la psicología que nos han contactado para contarnos lo que está sucediendo, escandalizados por tanta mala praxis y falta de profesionalidad, también nos han advertido de que aquellos profesionales que no han sucumbido a esta ideología patriarcal, generalmente miran para otro lado por miedo a posibles represalias o consecuencias negativas a la hora de ejercer la profesión.

Afortunadamente todavía quedan buenos profesionales para los que el objetivo primordial es determinar en primer lugar la situación más beneficiosa para el menor; y que parten de la idea de que, como norma general y con raras excepciones, las madres buscan siempre el bienestar y la felicidad de sus hijos e hijas. Pero tristemente cada vez quedan menos.

Los menores se merecen  toda la profesionalidad, dedicación y objetividad que requiera su caso. Tanto tiempo como sea necesario. Tantas pruebas como sean necesarias. Y todo ello partiendo de la objetividad debida con el fin de determinar, sin ningún tipo de prejuicio previo, el modo de custodia que mejor va a velar por su bienestar psicosocial.

Una sola denuncia de mala praxis profesional suele ser ignorada. Muchas denuncias evidencian un problema. No podemos callarnos ante lo que está sucediendo.
 

 
Asociación Custodia en Positivo

viernes, 28 de septiembre de 2012

Una abogada aparece muerta en el maletero de su coche calcinado asesinada por un cliente‏ 'pro-custodio'

EL " PRESUNTO" ASESINO ES UN PROCUSTODIO, SE DEDICABA A REPARTIR FOLLETOS A FAVOR DE LA CUSTODIA COMPARTIDA, HABÍA SIDO DENUNCIADO POR MALOS TRATOS. ¡¡¡ Y SE HA CARGADO A SU ABOGADA !!!
 
El presunto asesino es un policía local de la capital, cliente de la víctima, que fue localizado ayer en el interior de un vehículo en Purullena semiinconsciente · Compañeros de la letrada afirman que se sentía "amenazada".
Sara Aguilera/ Granada, Granada | Actualizado 22.09.2012 - 08:56 | diariodesevilla.es

Se llamaba Rosa Cobo Román. Tenía 51 años y era abogada. Llevaba sobre todo temas de Familia y de Derecho Administrativo, y era muy conocida en el mundo judicial granadino. Su cuerpo sin vida apareció, según algunas fuentes con "evidentes signos de violencia", la noche del pasado jueves, dentro del maletero de su coche, posteriormente incendiado. El vehículo estaba aparcado en el Camino de las Vacas de la capital, en la zona del Estadio de la Juventud.

Rosa estaba divorciada y tenía dos hijos. Su despacho se encontraba en la calle Gorrión de la capital, en el conocido Barrio de los Pajaritos, muy cerca de los juzgados de la Caleta, donde ayer no se hablaba de otra cosa. Funcionarios, abogados, jueces, fiscales y procuradores se paraban por los pasillos para comunicarse la terrible noticia del macabro suceso.

El levantamiento de los restos de Rosa se llevó a cabo la misma noche en que fue hallada, sobre las 23:00 horas, ante el forense que se hallaba de guardia y miembros del Grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Granada, que se ha hecho cargo de la investigación.

Durante toda la mañana de ayer Guardia Civil y Policía Nacional estuvieron tratando de localizar al único sospechoso del crimen: Miguel F.O., de 37 años, un policía local de Granada que había sido cliente de la víctima. El agente, que se encontraba en excedencia voluntaria, fue encontrado sobre las tres de la tarde la carretera de Purullena. Se hallaba en el interior del vehículo, semiinconsciente, con síntomas de haber ingerido alguna sustancia tóxica, quizás con la intención de suicidarse. Por ello fue trasladado al Hospital de Guadix, donde quedó custodiado por los agentes hasta las 18:30 horas, cuando fue trasladado en la ambulancia de pacientes críticos a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen de las Nieves de la capital, donde al cierre de esta edición se encontraba en estado reservado y pendiente de evolución.

Según las fuentes de la investigación consultadas por este diario, el supuesto asesino tiene un amplio historial judicial, por lo que también es bastante conocido en los juzgados de la Caleta. No sólo porque los visitaba con frecuencia -desde 2004 figura en numerosas causas, en unas como denunciante y en otras como denunciado-, sino porque en más de una ocasión se situó a las puertas de la Caleta para repartir folletos a favor de la custodia compartida.

Un compañero de profesión y amigo personal de Rosa confirmó que ésta había sido abogada de Miguel en su último proceso de divorcio (se había separado en dos ocasiones). Dicho procedimiento se tramitó en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de la capital, después de que Miguel fuese denunciado el año pasado por un episodio de presuntos malos tratos contra la que era ya su segunda pareja.

El referido letrado, que definió a la víctima como una "bellísima persona y muy buena profesional", desveló que últimamente Rosa "estaba preocupada" y "se sentía amenazada", pues su coche había sido rayado y golpeado dentro de su garaje, y tenía sospechas de que Miguel podía ser el autor .

El lugar donde apareció el vehículo calcinado de Rosa con su cadáver dentro no se halla muy lejos de la calle Cádiar, donde se encuentra la urbanización en la que ésta residía, junto a otros muchos letrados, pues se trata de un edificio que promovió el propio Colegio de Abogados de Granada a través de su sociedad de servicios.

Algunos de los vecinos de la víctima explicaron a este periódico que la noche de los hechos los investigadores policiales estuvieron preguntando dentro del recinto detalles de la vida de Rosa. También indicaron que a raíz de lo ocurrido en el garaje comunitario se instalaron dos cámaras: una en la cochera y otra en la puerta del domicilio de la letrada.

Entre las distintas causas judiciales que existen relacionadas con el presunto asesino de la abogada figura una en el Juzgado de Instrucción número 2 de la capital especialmente llamativa: una denuncia de Miguel contra Rosa relacionada con su faceta de abogada y su descontento con la forma en que había llevado su procedimiento de Familia. En el marco de esas diligencias previas, el sospechoso había formulado también una queja contra Rosa, por supuesta "mala praxis" ante el Colegio de Abogados de Granada.

La institución confirmó ayer que en su día abrió un expediente a la letrada por motivos deontológicos, el cual acabó siendo archivado "porque carecía de razón". Ese archivo fue recurrido por Miguel ante el Consejo Andaluz de la Abogacía, que no hizo sino confirmarlo. Todo apunta, por tanto, a que el móvil del crimen está directamente relacionado con el ejercicio profesional de la víctima, una circunstancia que ha alarmado especialmente al gremio.

Otro de los hechos por los que está encausado Miguel F.O. ocurrió en la Costa granadina el pasado mes de junio, cuando, presuntamente, causó daños al coche de su ex mujer, provocando un fuego que afectó también a otros vehículos y a la vivienda de sus ex suegros. Este episodio está siendo investigado por un juzgado de Motril.

Por su parte, fuentes de la Policía Local de Granada confirmaron que el agente estaba "en excedencia voluntaria desde agosto de 2011", así como que se le había retirirado el arma reglamentaria a raíz de acogerse a esa situación.

Sobre las últimas horas de vida de Rosa Cobo, este diario ha posido saber que a las 19.16 horas mantuvo una larga conversación -la llamada duró cerca de una hora- con una compañera de profesión sobre uno de los pleitos de Familia que llevaba. Rosa llamó a esta compañera desde su despacho y le dijo que esa tarde estaba muy ocupada, como de costumbre, y que incluso hacía tenido que aplazar un "tema urgente". Lo que a partir de ese momento ocurrió es el puzzle que tratan de completar los investigadores policiales. Por lo pronto, se encontraron restos de sangre en la cochera de la víctima. Al parecer, las heridas que presentaba el cadáver pudieron ser realizadas con un hacha.

El caso, que no se encuentra bajo secreto de sumario, lo está tramitando el Juzgado de Instrucción número 3 de la capital. Al cierre de esta edición se desconocía si había empeorado el estado de salud del sospechoso, al que se le podrá detener formalmente cuando se recupere.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Lágrimas por Ruth y José B. Ortiz, y por miles de víctimas silenciadas.‏

Es momento de compartir el dolor y llorar con la madre y la familia de Ruth y de José Bretón Ortiz, las dos criaturas, de seis y dos años de edad, hija e hijo de Ruth Ortiz y José Bretón (en situación de crisis matrimonial), desaparecidas, en Córdoba, durante más de diez meses, desde el 8 de octubre de 2011 hasta que se ha sabido que fueron asesinadas por su padre, después de que (o porque) su madre decidió que no podía seguir viviendo con él.

Escrito por: María del Mar Daza Bonachela. Abogada, Experta universitaria en Criminología y en violencia de género, especialista en Victimología.
Viernes 31 de agosto de 2012 | 9:00
El 27 de agosto de 2012 nos golpea la noticia de que se han identificado huesos de niña y niño entre las cenizas de una hoguera que el padre hizo en su finca. Les quemó poniendo paredes con metal y ladrillos para que la temperatura fuese más alta, como un horno, y no quedasen restos.
Es un horror, es increíble, pero es real.

El padre de Ruth y José según quienes le conocían “era un hombre normal”, y no sólo normal, incluso “de trato exquisito”. Según recogía el Diario de Sevilla el 23 de octubre de 2011:
?el entorno que directa o indirectamente ha tenido relación con él en Huelva, donde vivía hasta hace tan solo unas semanas junto a su mujer y sus dos hijos, no puede dar crédito a esa detención. Y aún menos a que se le apunte como el principal causante de la desaparición de las dos criaturas. “Era una persona normal”, repiten una y otra vez. “Se comportaba como cualquiera de nosotros”, insisten con gesto de incredulidad.
Otros van más allá y aseguran que José Bretón es una persona “tranquila, culta, dialogante y extrovertida”, aunque también “discreta”. Los últimos vecinos que convivieron con el matrimonio Bretón Ortiz, en la urbanización onubense de Nuevo Portil (durante casi un año y hasta que iniciaron el proceso de separación) insisten en la “normalidad” del matrimonio; especialmente de José, “que era quien salía casi a diario” al parque con los pequeños desaparecidos y que se mostraba más cercano con el entorno donde vivían. No parecía costarle entablar una conversación y, de hecho, quienes compartieron con él minutos de charla mientras los niños disfrutaban de sus juegos en el parque defienden que “con él se podía conversar de cualquier tema”.

En Córdoba los vecinos de la calle Don Carlos Romero, donde está situada la vivienda de sus padres en la que vivió hasta que se fue a Huelva, también coinciden en que es un hombre “bueno, servicial y sano”. En la Casa del Dominó, un bar situado a escasos metros de la vivienda, todos los que conocen a la familia Bretón les cuesta creer que José sea el responsable de la desaparición de los dos pequeños, José y Ruth.?
Vale, era normal, tan normal como podemos ser cualquiera, y les quemó en una hoguera.

Lo peor de las peores realidades de las que más difícil resulta escapar es que están infiltradas en lo cotidiano y cuesta (entre otras cosas porque la gente normal las esconde) identificarlas, y creérselas, pero son mucho más extensas de lo que queremos ver, y tienen su base en otras realidades sociales, culturales, legales…  cotidianas, visibles y aceptadas, de las que surgen, que las causan. Y cuando se denuncian mucha gente, no sólo la gente normal, lega, sino también profesionales que deberían combatirlas, no las quiere ver, las niega, combate a quienes las muestran.

Y no solo eso, sino que los sustratos ideológicos que originan esas realidades victimógenas se promueven, fomentan y sostienen por potentes organizaciones, en este caso, entre otras, Asociaciones de padres que disfrazan sus discursos de lo que no son, se presentan como defensores de la igualdad (eso sí, de la igualdad formal ante la ley). Y sólo los detectan las personas sensibilizadas por haberlas vivido y profesionales que trabajan atendiendo a las víctimas y/o que han estudiado la materia en profundidad. Sabemos, sí, que los maltratadores son gente normal, sabemos que el maltrato es mucho más normal de lo que nadie querríamos creer.

Cuando el horror se hace evidente, como ahora, mucha gente clama pidiendo sanciones más graves para el autor, como la cadena perpetua que se pide hoy en twitter para José Bretón tras saberse lo que éste hizo a sus hijos, pero ni se tiene conciencia de que así no se resuelve ningún problema, ni se ve, ni se quiere ver, todo aquello que forma parte de nuestra sociedad que ha provocado esto. La raíz del problema no es hollada con esas soluciones expiacionistas.

Quien ha estudiado la materia sabe que mucho más que las leyes falla su aplicación, la voluntad política e ideológica para aplicarlas, y que es necesario cambiar la cultura y las estructuras sociales que sustentan la violencia. Sabe que las leyes ya antes pero más hoy nos dan instrumentos importantes y útiles, en la mayoría de los casos, para la protección de las víctimas y sus familiares, pero curiosamente estos no se aplican a los hijos en las situaciones de violencia de género. Aunque sabemos que hijos e hijas son víctimas directas de la violencia (que sufren directamente), y conocemos por numerosos estudios los efectos tan perniciosos que les produce, no se les considera así por los órganos judiciales. Los Juzgados, antes los de Familia, pero ahora también los de Violencia sobre la Mujer, se empeñan en mantener a toda costa la relación con el padre, presumiendo que siempre es positivo mantener el vínculo, aunque el padre sea violento, y no idean medidas que pudieran proteger a los hijos en esa relación obligada más allá de forzar las visitas en (o a través de), unos puntos de encuentro familiar victimizadores, insuficientes, que carecen de los medios y el personal con formación en violencia de género que serían necesarios para hacer mínimamente bien el trabajo que se les encomienda.  Las medidas de protección más contundentes, que servirían para protegerles de forma efectiva ?suspensión de visitas, privación de la patria potestad? sólo se aplican en poquísimos casos donde el riesgo es tan evidente que ya se ha materializado en agresiones muy graves, directas y de consecuencias visibles, cuando no irreversibles (como el homicidio o asesinato de la madre en su presencia). Los niños y niñas, hijos del hombre violento en su relación de pareja, están totalmente desprotegidos porque no se les considera víctimas, ni se les aplican las normas ?estas sí insuficientes? que la ley, demasiado tímidamente aún, establece específicamente para su protección.

Sabemos también que la prevención-educación es fundamental, pero la ideología y la falta de formación del actual gobierno en la materia, los recortes escudados en la crisis (como la desaparición del Ministerio de Igualdad y de algunos Institutos de la Mujer o Centros de Documentación) y la falta de fondos públicos están afectando muy seriamente a las actuaciones en los campos educativo y preventivo.
El horror proviene de la ignorancia, del abuso de poder, la discriminación, el odio (derivado de la incapacidad de amar, confiar, respetar), de no comprender ni valorar la vida digna de ser vivida (pues de otra manera no es vida, como el amor, si no es libre no es amor), de normas culturales, sociales y legales que pretenden imponer lo que ya (hoy, aquí, pero cada vez menos en cualquier parte del mundo), no puede ser impuesto. Nos encontramos ante un choque cultural, entre una cultura patriarcal que lucha por mantenerse y genera un hombre dominante que se resiste a dejar de serlo, y una cultura igualitaria en que las mujeres nos negamos a seguir siendo sometidas, que precisa un cambio de paradigma, que ya se está produciendo, en toda ciencia social y en el estudio científico penal, criminológico y victimológico, la necesaria perspectiva de género.

Quienes piden cadenas perpetuas, incluso pena de muerte (retribución, expiación de la culpa, más violación de derechos humanos) para el autor, el chivo expiatorio, un desgraciado que no sabe respetar ni amar, que por supuesto, debe hacer frente a su responsabilidad y ser sancionado con toda la severidad de la ley (pero una ley humana, con fines humanos, que respete los derechos humanos, que tenga sentido, que aporte algo positivo a las víctimas, y que además pueda ser aplicada, no una ley más severa que siga olvidando por completo a las víctimas y encuentre aún más obstáculos en su aplicación), deberían empezar por reconocer que la responsabilidad social es mucho más amplia, y que es necesario prevenir. Y atajar las situaciones incipientes, las que aún no son irremediables.

Deberían querer saber por qué ha ocurrido esta tragedia, pues de otro modo no podremos evitar que siga ocurriendo el mismo horror una y otra vez. Recordemos que más de sesenta niños y niñas han sido asesinados en España durante la última década por maltratadores.
Deberían reconocer la realidad de la violencia de género, que tanto se niega cuando se difunde el mito de las denuncias falsas, acusando a las mujeres que denuncian violencia física o psicológica de denunciar en falso, hasta el punto de que muchas mujeres ya, de nuevo, no se atreven a denunciar (esas acusaciones injurian a todas las mujeres y a todas las víctimas, a las que tratan de silenciar, y son apología de la violencia). Deberían reconocer los datos que nos aportan la sociología y la victimología que nos dicen que se denuncia una mínina parte de lo que hay, que la cifra negra de criminalidad y victimización en esta materia es tremenda (de hecho solo un pequeño porcentaje, y ahora cada vez menor, de las mujeres asesinadas habían denunciado los malos tratos de que eran objeto).

Deberían reconocer al Feminismo (a los feminismos), el mérito y el valor de ser un movimiento social y científico de lucha por la igualdad (de derechos, de oportunidades, de valor) y contra la violencia (de género, y contra las demás violencias, pues el Feminismo tiene íntima relación con otros movimientos sociales emancipatorios, pide el reconocimiento de los derechos humanos para las mujeres y la igualdad de derechos y de oportunidades para todos los seres humanos, independientemente de su sexo pero también de cualquier otra condición o circunstancia personal o social), un movimiento de defensa de los derechos humanos que se fija especialmente, para denunciarlas y corregirlas, en las discriminaciones y las lesiones a sus derechos humanos ?muchas de ellas terribles? que sufren las mujeres a lo largo de la historia la geografía mundial, y al que debe mucho la sociedad actual (las mujeres han estado presentes en todas las luchas por la emancipación humana; también en la revolución francesa, aunque a Olympe de Gouges le cortasen la cabeza tras escribir en 1792 la Declaración Universal de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana ?equivalente a su homónima masculina?, también escribió antes una obra teatral sobre la esclavitud de los negros; y en la primavera árabe, aunque ahora en Túnez se quiera aprobar una constitución en la que se dice de la mujer que es complementaria del hombre dentro de la familia).

Deberían reconocer los derechos humanos de niñas y niños, como los recoge la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (CDN) de 20 de noviembre de 1989, y no ningunearles y silenciarles diciendo, cuando un niño o niña no quiere ver a su padre, y más cuando intenta expresar el porqué, que padece un síndrome, le llamen como le llamen (de alienación parental o de interferencia interparental o como quiera que sea) y que le ocurre todo lo contrario de lo que dice. La CDN firmada y ratificada por casi todos los países del mundo dice que a los niños se les debe informar y deben poder participar en cualquier procedimiento judicial que les afecte, que hay que escucharles y protegerles de cualquier daño. Esos derechos no se cumplen. Hay que mirar siempre por su interés superior, y su interés superior es el suyo, no es el de mantener a cualquier coste una relación que les esté haciendo daño con el padre biológico. Cuando una niña o un niño no quiere ir con uno de sus progenitores, tiene razones, hay que escucharle y averiguar por qué, máxime cuando expresa miedo, y se debe actuar en consecuencia, para protegerle cuando se siente en peligro o sufre daño ?no sólo físico, también psicológico y emocional?, en función de su situación y sus circunstancias.

Deberían reconocer y defender el derecho a una vida digna (que implica el de las mujeres a decidir cómo y con quién quieren vivir, y también los de decidir si quieren o no, con quien y cuando, tener hijos). Deberían por tanto exigir y fomentar en la escuela, en la familia y en la comunidad, la educación en el respeto de los derechos humanos y la educación afectiva y sexual a todas las personas, desde la infancia a la edad adulta.
Es tiempo de compartir el dolor y llorar con la madre y la familia de Ruth y de José Bretón Ortiz, con quienes les conocían y les querían, pero no sólo con ellos, también con todas las miles de víctimas de violencia de género, las víctimas directas ?no sólo las mujeres asesinadas, sino todas las mujeres maltratadas, sus hijos e hijas? y las víctimas indirectas o mediatas  ?sus familias, sus amigos y quienes dejaron de serlo cuando la violencia las aisló, también las mujeres que no sufren violencia abierta porque se someten, las que viendo lo que podría ocurrir si se rebelan, no se atreven a hacerlo, y son infelices? (nos enseñaba D. Antonio Beristain que todos los delitos causan una o varias víctimas directas y muchas víctimas indirectas o mediatas, particularmente el terrorismo; también las de violencia de género, más aún, son macrovíctimas).

Es por tanto también tiempo de manifestarnos y denunciar la ideología machista y patriarcal que es sustento de tanta miseria y tanto dolor, de tantas formas en todo el mundo. Aquí, hoy, debemos denunciar a todos los hombres que se creen con derecho a controlar la vida de sus mujeres y decidir por ellas. A los que se niegan a aceptar que sus mujeres y sus hijos no son ya de su propiedad, que ignoran que la mujer y los hijos con quienes comparten la vida son seres humanos plenos (no clones suyos que le han de adivinar los deseos), y no les valoran ni les respetan, y no asumen sus responsabilidades con ellas y ellos (la primera, cuidarles), y les cosifican cuando les maltratan o cuando, como José Bretón a sus hijos, les quitan la vida. Debemos denunciar igualmente a los que no se corresponsabilizan de su progenie pero al separarse quieren una guarda y custodia compartida ?por eso solicitan que se imponga por ley sin acuerdo entre las partes ni informe favorable del Ministerio Fiscal? para evitar que a mujer e hijos se les atribuya el uso del domicilio y para evitar pagar alimentos. Y también a los que, de un modo u otro, no cuentan con la voluntad de la mujer antes de provocarle un embarazo.

Es necesario también solidarizarnos y compartir el dolor de  todas las mujeres que han sufrido o sufren violencia, física o psíquica, a manos de su pareja, pero especialmente del padre violento de sus hijos y que no se atreven a denunciar por miedo a que las tomen por locas y nadie las crea (como su maltratador les dice, con su otra cara, que sólo ellas conocen, a veces, pues también a ellas les cuesta reconocerla aún cuando la tienen delante), porque no pueden probar los horrores que viven cotidianamente, que son increíbles. Que temen separarse de su maltratador porque saben que sus hijas e hijos van a estar totalmente desprotegidos frente a él y a sus expensas durante las visitas y vacaciones, y porque él les ha dicho que las va a hundir y les va a hacer daño en lo que más quieren. Que si expresan sus temores para intentar evitar la exposición de sus hijos e hijas al peligro serán acusadas de interferir en la buena relación de éstos con su padre; serán acusadas de desobediencia y de alienadoras si pretenden respaldar y proteger a su hija o hijo cuando se niega a ver a un padre que les hace daño, y pueden por ello perder la guarda y custodia y hasta les pueden prohibir las visitas, dejando a los niños totalmente a las expensas del maltratador y completamente privados de su madre, por intentar protegerles.

Es necesario exigir a los Jueces y Juezas de Violencia sobre la Mujer que sí tengan en cuenta, es estrictamente necesario, las situaciones de maltrato vividas a la hora de determinar qué medidas civiles han de regular la situación tras la ruptura de la pareja, y que apliquen las medidas protectoras previstas en la ley: escuchar a las víctimas y darles participación en los procedimientos que les afectan, evaluar el riesgo de revictimización, proteger a las víctimas. Para ello en muchas ocasiones, además de acordar el alejamiento en toda la medida necesaria, hay que suspender, lo permite la ley, el régimen de visitas o privar al maltratador de la patria potestad sobre los hijos. Y debemos exigir a los Juzgadores que consideren a los hijos como víctimas directas, que lo son, de las situaciones de violencia vividas en su casa, aunque no hayan llegado a recibir golpes físicos, pues los morales hacen más daño.

Debemos apoyar en la medida en que sea posible a las miles y miles de víctimas que no quieren sanciones penales contra el hombre que amaron, sino únicamente que las deje vivir en paz.

Es preciso también que denunciemos la enseñanza en facultades, colegios profesionales, fundaciones, congresos, cursos y cualquier otra vía, de construcciones acientíficas (ciencia basura) y perversas que tienen por objeto proteger a abusadores y maltratadores y como resultado silenciar y torturar a las mujeres y niñas y niños víctimas de violencia física o psíquica (incluidos los abusos sexuales), como son el síndrome de alenación parental  (SAP) y sus evoluciones.

Es necesario, en fin, no retroceder, a pesar de todos los obstáculos, las trampas y reacciones patriarcales, y de los obstáculos y recortes sociales que nos está imponiendo el capitalismo neoliberal, a pesar de todas las crisis. Necesitamos defender lo avanzado y seguir avanzando en igualdad, no formal, sino real y efectiva como exige el art. 9.2 de la Constitución Española, y en defensa de los derechos humanos de todas y de todos, incluso, también, los de los criminales que cometen atrocidades como la que lloramos hoy, para que el dolor y las lágrimas que derraman su madre, su familia y amigos por Ruth y por José, lágrimas y dolor en que les acompañamos, no sean en vano y contribuyan a cambiar en nuestra sociedad, en nuestro ser y nuestra cotidianidad las condiciones en las que este horror se ha producido, para evitar otros.