El interés superior del menor debe estar siempre por encima de la igualdad entre progenitores.

El interés superior del menor debe estar siempre por encima de la igualdad entre progenitores.

martes, 20 de diciembre de 2011

VILLANCICO 'Demanda sobre demanda ( Campanas sobre campanas)'

Demanda sobre demanda ( Campanas sobre campanas):

Demanda sobre demanda
y sobre demanda una
Asómate a la ventana
veras la justicia en la cuna

Justicia, campanas de justicia
Que el maltrato gana
a Garnerd nos traerán

Recogida la sentencia
A donde vas maltratada
Voy a llevar al portal
el desastre judicial

Justicia campanas de justicia
Que el maltratato gana
Que a Garnerd nos traerán

Orden tras orden saltadas
Denuncias sobreseidas
Las madres son castigadas
La infancia es maltratada

Justicia campanas de justicia
Que el maltratato gana
Que a Garnerd nos traerán

Demanda sobre demanda
Sobre demanda tres
En una cruz en España
Una mujer nueva ha de padecer

Justicia ,campanas de justicia
Que el maltratato gana
Que a Garnerd nos traerán...

Resumen del informe elaborado por la Universidad de Oxford: Departamento de Política Social y Asuntos Sociales

Contacto de los hijos con el progenitor no-custodio
(Resumen del informe elaborado por la Universidad de Oxford: Departamento de Política Social y Asuntos Sociales)

¿Es bueno el contacto para los hijos?

La investigación muestra que es la naturaleza y la calidad del contacto con los padres lo que es crucial, no el contacto en sí mismo.

La mera presencia del padre no es suficiente. Dependiendo de cómo permanezcan involucrados en la crianza o asuman tareas de la crianza que no habían asumido hasta ese momento, su influencia será más o menos positiva.

Al igual que en las familias estructuradas, la manera más efectiva que tienen los padres de criar es proporcionando una figura de seguridad. Son estos aspectos de la crianza: vigilancia participativa, fomento de estímulos, amor y calor, los que están directamente ligados con el bienestar.

Incluso un buen contacto no parece ser el aspecto más significativo que afecta al bienestar de los niños en su conjunto; los cuidados proporcionados por el progenitor con el que residen y la posición económica de la familia son las mayores influencias.
Esto no significa que las políticas que fomentan al contacto sean erróneas. Sin embargo, sí quiere decir que la cobertura de las necesidades de cuidado deben ser muy tenidas en cuenta y no sobreestimar los presuntos beneficios del contacto y más cuando no ha habido apenas relación previa o existen riesgos conocidos.

Y por supuesto, hay que recordar que en algunos casos, el contacto puede ser perjudicial. Existen serias preocupaciones acerca de que el contacto se está gestionando de forma inapropiada en casos en que existen riesgos demostrados. El desafío consiste en promover el contacto de tal modo que proporcione beneficios a los niños en lugar de poner en riesgo su seguridad y bienestar.

Visión de los hijos sobre el contacto

No es la disposición del tiempo en sí misma lo que importa a los niños, sino cómo se gestiona la relación con ellos. Los niños, normalmente, disfrutan del contacto, pero puede causarles angustia, un problema frecuente cuando alguno de los progenitores incumple el régimen establecido. Otros problemas demostrados son: lealtades divididas, exposición al conflicto, hostigamiento o abusos, utilización como arma arrojadiza, gestión de la relación con la nueva pareja de los padres, nostalgia del progenitor con el que viven, tedio y estrés por tener que mudarse entre dos casas.

¿Qué hace que el contacto funcione?

Se ha demostrado que los siguientes factores están asociados con el contacto continuado:

·  Una relación de cooperación entre los padres tras la separación.
·  Deseo de los hijos de mantener contacto.
·  Padres que han estado casados en lugar de sólo convivir o no haber vivido nunca juntos.
·  Proximidad.
·  Progenitor que no tiene la custodia con empleo, un buen nivel educativo y de ingresos, que contribuye en la manutención y no tiene más hijos.
 
El único estudio de Reino Unido que contempla en profundidad por qué algunas familias consiguen que el contacto funcione y otras no, también enfatiza en la complejidad del asunto y demostró que:

·  Existe un amplio rango de factores que influyen en el contacto. Hay factores determinantes (compromiso con el contacto, roles claros y calidad de la relación), desafíos (naturaleza de la separación, nueva pareja de los padres, nivel económico, logística, calidad y estilo de la crianza y factores que proporcionan seguridad), factores de mediación que influyen en cómo se manejan dichos desafíos (creencias sobre el contacto, habilidades de relación, involucración del entorno familiar, amigos y agentes externos). Todos estos agentes interactúan por encima del tiempo.

·  Ninguno de estos ingredientes por sí mismo o de forma individual es responsable de que el contacto funcione o no. Son las actitudes, acciones e interacciones de todos los miembros de la familia las que conforman el contacto. Para que el contacto funcione se requiere el compromiso de ambos progenitores y de los hijos.

Un factor fundamental para que el contacto funcione es un “pacto entre los padres”, de modo que el progenitor con el que residen los hijos facilite, más que simplemente permita, el contacto con el progenitor no residente, que a su vez debe asumir su estatus.

Existe preocupación sobre que los juzgados con frecuencia no logran su objetivo y sobre que el proceso contribuye a enfrentar las posturas de los padres en detrimento de los hijos.

La imposición, concluye el informe, debe ser siempre el último recurso; la clave está en desarrollar métodos más efectivos de prevenir los problemas antes de tener que llegar a este punto.
 
Crianza compartida
Los debates acerca de la custodia compartida, son frecuentemente dudosos por la manipulación de los diferentes conceptos:

- Patria potestad compartida.
- Residencia compartida.
- Reparto igualitario de tiempos.

La presunción legal del reparto igualitario de tiempos es aún infrecuente. En Estados Unidos, por ejemplo, muchos estados contemplan la presunción de la patria potestad compartida, pero muy pocos contemplan la preferencia por la residencia compartida y sólo dos contemplan el reparto igualitario de tiempos.

Las investigaciones demuestran que en las familias con un alto nivel de conflicto, la imposición de la residencia compartida por vía judicial, aumenta enormemente los enfrentamientos entre ambos progenitores y las alteraciones emocionales de los hijos.

Las familias deben superar muchos obstáculos para lograr que la crianza compartida funcione y aquellos que tienen éxito, son inusuales. Los buenos resultados vienen dados no por el reparto de tiempos en sí mismo, sino por la calidad de las relaciones, que son el factor clave para que funcione en la práctica.Sin embargo, los estudios de seguimiento demuestran que desde la perspectiva de los hijos, muy frecuentemente se vuelve altamente insatisfactoria y para  muchos es difícil de sobrellevar en la práctica. Los elementos clave para que los hijos se sientan bien son: priorización de sus necesidades y sensación de estar verdaderamente asentados en ambos hogares. Pero aunque los hijos perciban la residencia compartida como algo bueno, llega un momento en que quieren parar de vivir “como nómadas”.
Los investigadores han concluido a este respecto:

La residencia compartida no es la solución mágica a un problema complejo. En cierto modo sólo prolonga un problema que se mantiene a lo largo de los años y puede provocar que sean los hijos los que absorban las presiones.

El camino a seguir.

Una conclusión clara es que el contacto no es bueno en sí mismo; sino que su valor viene dado por la calidad de las relaciones. Esto sugiere que las políticas deben centrarse en ayudar a las familias a gestionar la separación de tal modo que se favorezcan las relaciones funcionales, minimizando la exposición de los hijos al conflicto.

Es fundamental el mantener como objetivo prioritario las necesidades de los hijos y tener en cuenta sus puntos de vista. Hay que velar en todo momento por los intereses de los hijos en lugar de involucrarlos en las disputas entre adultos.

* “Child contact with non-resident parents” (Family Policy Briefings), University of Oxford, Department of
Social Policy and Social Work (January 2004)


martes, 13 de diciembre de 2011

¿Quién te protege de que tu ex-pareja te lleve a la ruina con su acoso judicial?‏

Ley divorcio 2005. Cualquiera de las partes puede solicitar demanda de modificación de medidas tantas veces como quiera. No hay condena en costas. En cada caso la ley te obliga a asumir los costes legales de tu defensa. QUIEN ME DEFIENDE A MI DE MI EX???? QUIEN VA A EVITAR QUE ME ARRUINE????

domingo, 11 de diciembre de 2011

Una investigación constata que la atención recibida al nacer marca la química neuronal y los comportamientos en la edad adulta

Los cuidados maternales influyen en el desarrollo del cerebro de los descendientes pero, ¿de qué manera? Científicos del Instituto Max Planck de Investigación Médica de Alemania han demostrado que la atención materna puede potenciar, en el cerebro de crías de ratón, los efectos de un neurotransmisor implicado en procesos fisiológicos y del comportamiento. Como resultado, crías bien atendidas durante las primeras semanas de vida, resultaron ser menos ansiosas y seguras que crías que no recibieron atención materna intensiva. Los cambios cerebrales propiciados por el cuidado de las madres fueron permanentes. Por Yaiza Martínez.

Los cuidados maternales influyen en el desarrollo del cerebro de los descendientes pero, ¿de qué manera? Científicos del Instituto Max Planck de Investigación Médica de Alemania han conseguido constatar que la atención materna provoca, en los cerebros de crías de ratón, un mecanismo químico específico, y que este mecanismo afectaría al cerebro incluso en la edad adulta.

Según publica el Instituto Max Planck en un comunicado, la clave de este proceso está en un neurotransmisor concreto: el llamado neuropéptido Y (NPY).

Este neurotransmisor ha sido asociado a varios procesos fisiológicos cerebrales, como la memoria o el aprendizaje. Además, El NPY, que es la hormona peptídica más abundante del sistema nervioso central, está implicado en otros procesos, como la gestión del estrés, el desarrollo del comportamiento ansioso o la regulación del peso corporal.

Por tanto, este neuropéptido juega un importante papel en una serie de enfermedades mentales, como el trastorno por estrés postraumático (TEPT) o el trastorno de ansiedad.

Efecto cerebral perdurable

En el cerebro, el NPY se une a diferentes puntos de las neuronas conocidos como “receptores NPY”. Estas uniones activan cascadas de señales relacionadas con el control de diversas funciones físicas.

Pero el efecto del NPY en el cerebro de crías de ratón no es siempre el mismo: en un experimento realizado con ratones por el grupo de Rolf Sprengel del Instituto Max Planck, los científicos demostraron que dicho efecto depende de cómo las crías hayan sido atendidas por sus madres en las primeras tres semanas de vida.

Los investigadores constataron, más concretamente, que los cuidados maternos influyen en la formación de receptores NPY en el sistema límbico, que está constituido por varias estructuras cerebrales y que gestiona respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales.

El sistema límbico está relacionado con la memoria, la atención, los instintos sexuales, las emociones (por ejemplo placer, miedo, agresividad), la personalidad y la conducta.

A nivel del comportamiento, los ratones que habían recibido pocos cuidados de sus madres al inicio de sus vidas resultaron ser adultos más ansiosos y delgados que otros ratones que sí que habían recibido una atención materna intensiva al nacer y durante sus primeras semanas de existencia.

Según explica el propio Rolf Sprengel: “Fuimos capaces de demostrar que los cuidados maternos aumentan la expresión del receptor del neuropéptido NPY en el sistema límbico de los animales jóvenes. Este mecanismo asegura su desarrollo saludable a largo plazo”.

Impacto sostenido

Los efectos positivos del cuidado y de las atenciones maternas fueron evidenciados por el hecho de que las crías de ratón estudiadas ganaron peso más rápidamente y mostraron mayor valor en experimentos posteriores sobre su comportamiento, que los roedores que habían recibido menos calor y atenciones después de nacer.

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Ratones del experimento. Fuente: Instituto Max Planck.
Para el estudio, los científicos utilizaron ratones recién nacidos a los que se les habían desactivados los receptores neuronales del NPY de manera selectiva. Estos ratones fueron criados por madres que presentaban distintos comportamientos hacia las crías.

Uno de los grupos de madres pertenecía a una variedad que cuida de manera ejemplar a sus descendientes.

Estas hembras pasan mucho tiempo con sus crías, las alimentan con frecuencia y, además, les proporcionan un contacto físico intensivo.

En el sistema límbico de los ratones que crecieron con estas madres, se formaron nuevos receptores neuronales para el NPY. Otro grupo de hembras fue programado para darle menos atención a las crías. En este caso, el número de receptores neuronales para el NPY en los jóvenes ratones no se incrementó, señalan los investigadores.

Este hallazgo ayuda a comprender mejor cómo las experiencias vividas al nacer pueden afectar a cualquier organismo posteriormente, en su edad adulta. Según Sprengel: “Los resultados de este estudio demuestran cómo el cuidado maternal y la atención tienen un impacto sostenido en la química del sistema límbico”. En consecuencia, el comportamiento maternal puede influir en las emociones y en la constitución física de los descendientes para siempre.

Otros estudios

Los resultados obtenidos por los científicos alemanes son coherentes con los obtenidos en otros estudios anteriores.

Por ejemplo, en 2009, científicos de la Universidad Ryerson de Canadá demostraron que, en el caso de los humanos, el vínculo madre-bebé afecta al desarrollo del cerebro de los niños.

La investigación reveló, en concreto, que la ausencia o la debilidad del vínculo madre-hijo en los primeros meses de vida de los pequeños está relacionada con la ansiedad, la depresión, la agresividad y la hostilidad de los descendientes, en otras épocas de sus vidas.

Por otro lado, este estudio constató que la calidad del vínculo madre-hijo afecta al llamado Eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (Eje HHA), un sistema que regula las reacciones ante situaciones de estrés, incluida la segregación de cortisona (hormona del estrés).

Otra investigación, realizada en 2010 por científicos de la Yale University School of Medicine de Estados Unidos, demostró que el destete y la separación precoces de la madre (por tanto, la ausencia de desarrollo del lazo madre-hijo) propician la hiperactividad y la ansiedad a largo plazo, en el caso de crías de ratones.